Hola ¿Cómo estás? Espero que muy bien. Ya casi estamos entrando en octubre, es increíble lo rápido que se está pasando el año.
En el blog de hoy hablaré de una técnica que me ha ayudado mucho a reducir la ansiedad. Seguramente has escuchado decir que la forma en la que pensamos y nos relacionamos con nosotros mismos (la manera en la que nos hablamos) influye mucho en nuestra calidad de vida, sobre todo, a nivel emocional.
Las palabras dichas en voz alta o presentes en nuestros pensamientos, pueden empoderarnos o quitarnos todo nuestro poder y hacernos sentir inseguros.
Cuando las palabras son negativas y las repetimos de manera constante pueden terminar afectandonos, y terminar creyendo por ejemplo que no somos lo suficientemente buenos.
Por lo menos en mi caso, todo lo que he aprendido sobre desarrollo emocional, fue gracias a mi iniciativa personal, porque yo quise interiorizarme y profundizar más en el tema. Ya que en la escuela y en casa, la educación emocional, no es algo que se enseñe o practique. Ojalá algún día se considere la importancia de la educación emocional y se incluya. Se que en algunos colegios lo hacen, pero no en todos. Y creo que la educación emocional la necesitamos como especie. Es fundamental para la vida aprender a manejar nuestras emociones.
Bueno sin enrollarme más. Les contaré sobre una técnica que he aprendido y hasta el día de hoy utilizo. Se trata de una forma de comunicación con el cuerpo que puede ser beneficiosa en muchos sentidos.
Ya hemos hablado en otro artículo de cómo mejorar la relación con nuestro cuerpo donde he compartido algunos consejos. Te recomiendo le eches un vistazo.
El siguiente ejercicio podría considerarse como una preparación, que puedes usar, para empezar a familiarizarte con la idea de hablar con tu cuerpo.
No creas que es algo descabellado o que se me ha ido la olla. Tu cuerpo es un ser vivo, en el que habitan millones de células que tienen una respuesta para cada acción que tu llevas a cabo.
¡Y si! también responde a la forma en la que te diriges a él. Tu cuerpo puede sentir tu rechazo o tu amor.
Y lo que te propongo es que de una vez por todas cambies el chip y dejes de buscarle “defectos” a ese cuerpo maravilloso que la fuente divina te ha dado.
Este ejercicio tiene la intención de que mejores la relación con tu cuerpo, “el hogar de tu alma”, “La casa de tu espíritu”, Para que tu calidad de vida sea mejor. Si se te ocurre otra manera de llamarlo escríbeme en los comentarios.
Comenzamos entonces por lo que yo llamo la oración.
Es un pequeño texto que puedes usar de ejemplo para crear el tuyo propio. O aprenderte de memoria para repetirlo cuantas veces lo necesites.
¡Aclaro! Esto no es repetir por repetir. Lo que sea que decidas decirle a tu cuerpo, debe provenir de lo más profundo de tu interior y tienes que sentirlo así. Tiene que ser algo muy importante para ti y en lo cual creas y quieras sin lugar a duda.
Aquí tienes dos ejemplos vamos a ello…
Oración I
Querido cuerpo, confió en ti, sé que puedes autorregularte para mi bienestar. Comprendo que las sensaciones, son tu manera de expresarte y de decirme cómo te encuentras.
Te siento y te escucho, cada vez más y con más atención.
Eres mi mejor amigo.
Oración II
Querido cuerpo quiero que sepas que cuidaré de ti, como tu cuidas de mí.
Se que juntos vamos a poder superar este momento difícil.
Agradezco todo lo que haces por mí.
Eres mi mejor amigo.
La intención de esta práctica es ayudar a tu cuerpo a sentirse arropado y protegido por tus buenos sentimientos hacia él. Y generar una relación de confianza escuchándolo, sintiéndolo, estando atenta a sus mensajes y necesidades.
Al comunicarte de manera amorosa con tu cuerpo verás que la ansiedad se reduce y podrás vivir con más calma.
A veces estamos inseguros porque no nos sentimos como en casa, dentro de nuestro propio cuerpo. Este ejercicio es para crear ese vínculo, para permitirte experimentar la maravillosa sensación de conexión, gratitud y respeto por tu cuerpo, “tu hogar”.
Es una excelente técnica para abordar los momentos de ansiedad y reducir cada vez más rápido las sensaciones físicas e incómodas que esta produce.
La práctica de la observación (sin apego, ni rechazo) de los pensamientos, sentimientos y sensaciones que surgen es muy importante en este camino al bienestar.
Pon en práctica este consejo y cuentame que tal te va.
Te deseo una semana maravillosa.
Te mando mucho amor y que seas muy feliz.
Y como siempre…
¡Te mando un beso hasta los huesos!
Gisela💞
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