Hoy hablaremos sobre como incorporar hábitos positivos y saludables. Pero sobre todo de cómo podemos hacer para mantenerlos en el tiempo.
Seguramente esta necesidad de querer cambiar es algo que todos tenemos en común. Siempre tenemos aspectos que mejorar, para convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos.
Sea cual sea el área de nuestra vida que queramos modificar. Gracias a la tecnología tenemos la posibilidad de acceder a una cantidad abrumadora de contenido, creado por personas experimentadas que nos dan sus consejos y recomendaciones.
Pero... tanta es la información, que termina siendo un torbellino, que muy pocas veces podemos procesar.
Esto a su vez, hace difícil el proceso de empezar a ordenar nuestras propias ideas. Descubrir lo que queremos, lo que necesitamos. Y nos deja tan mareados que es muy probable que no sepamos por dónde empezar.
Habrá personas que afirmen que los cambios tienen que ser a todo o nada. O que necesitamos estar motivados para conseguir nuestras metas. Pero yo creo que esto no es así.
Gracias a que muchos profesionales han profundizado en el estudio del comportamiento humano. Sabemos que tenemos más posibilidades de incorporar un hábito y sobre todo mantenerlo en el tiempo, si somos un poco más flexibles. Flexibles ¡Sí!
Si empiezas con una dieta muy estricta o una rutina de ejercicio muy agresivo, que no se adapte a tu condición y aptitud física actual. Solo te llevará a fracasar y hará que tires la toalla en la primera oportunidad.
Debemos tener en cuenta, que si queremos hacer cosas a las que no estamos acostumbrados, nos tomará determinado tiempo adaptarnos. En el proceso podemos sufrir molestias físicas, bajones emocionales. Y el desgaste de energía será tan grande que hará que simplemente no puedas mantener ese ritmo mucho tiempo.
Es bastante común querer darlo todo el primer día y quedar destruido la primera semana. Y mira por donde, ya tienes una excusa para no continuar.
Pero qué tal si cambiamos el chip y dosificamos estos cambios. Qué tal si vamos desmenuzando el asunto y nos vamos introduciendo poco a poco en lo que queramos hacer.
Lo ideal sería crear un plan de acción al cual nos podamos ajustar. Teniendo en cuenta lo siguiente:
✔ Que no conlleve demasiado esfuerzo.
✔ Que no dependa únicamente de nuestra voluntad o motivación.
✔ Que se adapte realmente a nuestro estilo de vida. Y a nuestra situación actual.
Fijarnos una meta realista es fundamental para no sentir que le añadimos estrés al potingue. Piensa en algo que puedas alcanzar según tus habilidades y que este realmente dentro de tus posibilidades. Que sepas que poniéndole esfuerzo y ganas lo lograrás.
Pero... ¿Por dónde empezar?
Lo primero que debes tener claro es que "si", algunos días vas a fallar. Pero no te rendirás. Tienes que dejar de culparte por fallar uno o dos días. Porque es algo que va a suceder, por la razón que sea. Y esto es algo que le pasa todos, Tómalo como parte del proceso.
Con calma, no eres una máquina.
Ten en cuenta que fallar uno, dos, o los días que sean. No significa que debas abandonarlo todo.
Comenzar con poco es muy importante para obtener un resultado a largo plazo. Tienes que colmarte de paciencia he intentar disfrutar del proceso. Quizá aprendas a alimentarte mejor, a entrenar. Quizá en el camino te conozcas un poco más.
Tienes que asumir desde el primer momento que la motivación no puede ser tu pilar para alcanzar tus objetivos. Ya que el estado anímico es algo muy fluctuante a lo largo del día. Ni hablar de semanas o meses. Y no siempre estaremos con la suficiente predisposición o ganas para hacer las cosas.
Puedes coger impulso de los hábitos positivos que "ya tienes" para incorporar los nuevos, o utilizarlos para disparar una nueva acción.
Te doy un ejemplo. Utiliza como disparador o como alarma recordatoria algo que hagas siempre, como “lavarte los dientes” y súmale el nuevo habito que podría ser “Usar hilo dental”.
Tiene que ser algo que encaje justo en el momento y lugar. Para que te sea más fácil hacerlo.
Usa la lógica para crear un nuevo patrón, que sea fácil de repetir. Que una cosa, inmediatamente te lleve a la otra.
Piensa si es algo que quieres hacer una vez al día o varias.
En qué lugar realizarías esa acción, si es tu casa, oficina, etc.
Y a que temática puedes asociarlo para poder cumplirlo. Estudio, Cuidado de la alimentación, Cuidado de la piel, deporte.
Es cierto que el deseo nos mueve y puede ser algo que al empezar, nos ayude a dar los primeros pasos. Pero recordemos que aquí hablamos de hábitos a largo plazo.
Cosas que queremos hacer o mantener durante mucho tiempo. Con esto quiero decirte que el deseo no permanecerá intacto. No lo tendrás de compañero todo el camino. Teniendo en cuenta que esto también no es estable y que sufre altibajos. No te aferres a él. Pero tampoco lo uses como excusa para no hacer nada.
A nuestro cerebro le gusta lo simple, lo automático, lo seguro. Vamos, que no quiere gastar demasiada energía. Es por eso que muchas cosas de las que hacemos se vuelven automáticas. Cuanto más fácil te lo pongas, más fácil te será hacerlo.
Y si, te tendrás que volver experto en desmenuzar el asunto, ir pasito a pasito para adquirir la costumbre. Cuanto más pequeño sea el bocado mejor podrás masticarlo.
Lo ideal es ir poco a poco. Aunque lo que quieras alcanzar sea un objetivo ambicioso.
Cuéntame qué opinas al respecto. Comparte alguna experiencia en los comentarios. Recuerda que siempre puedes ayudar a alguien más.
Gracias por leerme. Hemos llegado al final del artículo de hoy.
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Me despido hasta la próxima semana.
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